Desde muy pequeño me enseñaron una serie de normas conductuales para con los demás basadas en los pilares de la buena educación, la amabilidad, la empatía, la generosidad, la bondad y solidaridad… con el tiempo me voy dando cuenta que no a todo el mundo le marcaron las mismas normas, o bien, las han olvidado antes que yo.
Es muy injusto, a veces, manejarte en la vida con esos valores, anticuados para algunos, y vértelas con personas que adolecen de cualquiera de éstos valores, y que se aprovechan de tu buena disposición, para buscar en su propio beneficio.
Es injusto, pero necesario para el aprendizaje que nos regala la vida. Y es que en este camino nos encontramos con todo tipo de personas, todas y cada una de ellas están estratégicamente colocadas en este gran “tablero” para darnos una lección.
En este camino conocemos a cientos de personas, cada cual con sus mochila a cuestas. Unas con la intención de ayudar, otras tantas con intenciones menos bondadosas. A veces nos topamos con alguno que tras darnos una palmada en la espalda, nos intenta dar una patada en el culo. En otras ocasiones nos enfrentamos a quienes quieren dejar el peso de su mochila en nuestra espalda y luego ponen pies en polvorosa…
Somos nosotros los que debemos saber cuanto tiempo nos va a “ocupar” cada una de estas personas, y cuanto nos va a influir en nuestro día a día, es una cuestión de decisión personal y de aprender a mantenerlas o alejarlas de nuestro lado.
Nosotros decidimos “cómo” somos y “cómo” nos comportamos con los demás y éstas personas no deben de hacernos dudar de nuestros principios y de nuestros valores.
No están ahí para hacerte dudar si tu actitud es buena o no, no están ahí para hacer zozobrar tu personalidad, definitivamente están ahí para reafirmarte en tus valores y no dejarte arrastrar por los suyos.
Así que aprende a mantener a tu lado a las personas positivas que te aporten “algo”, que te hagan crecer, madurar y mejorar, y por otro lado aprende a alejar de ti personas tóxicas que te quieren manejar, que se aprovechan de ti y que no te aportan nada.
Diego Gallardo