Creo que está llegando el momento en el que debemos de hacer una reflexión muy profunda, y llevar a cabo lo que dice el título de este artículo. Es la hora de Vaciar el Vaso. ¿Qué quiere decir esta frase?
Con pocas palabras, con pocas letras, encierra un significado importante. “Vaciar el Vaso” es un ejercicio de compromiso, de fuerza interior, de sinceridad con uno mismo y de humildad, “Vaciar el Vaso” implica que quizás, es necesario deshacerse de determinados conceptos y preceptos tóxicos, ideas y sentimientos, recuerdos y momentos marcados en nuestra memoria, para volver a conseguir un avance. Sacar de nuestro interior todo aquello que nos limita y nos entorpece, todo aquello que nos ocupa sitio y no nos beneficia en nada.
Se trata de dejar sitio libre, desocupar, reorganizar y reubicar. Y sobre todo, tener espacio suficiente, una vez que nos hemos deshecho de lo inservible, una vez que hemos desintoxicado, para todo lo nuevo, positivo y provechoso. Si no hacemos primero una limpieza y dejamos vía libre a todo lo bueno que viene, ésto nunca llegará.
En este aspecto hay que destacar lo siguiente: al igual que si en un vaso que contiene agua contaminada, echamos un poco de agua pura y limpia, ésta se contamina y se vuelve tóxica, de la misma manera, si en nuestro interior anidan sentimientos, ideas, recuerdos y conceptos “contaminados”, todos los que entren en contacto con ellos se contaminarán.
Así pues estamos en el momento propicio para empezar la “cura” y la “limpieza” de nuestro “vaso”. No se si cómo se dice estamos en una Nueva Era, o no, pero cada uno de nosotros debemos crearla.
Tenemos que Vaciar el Vaso, dediquemos unos minutos de estos días y repasemos todo nuestro contenido, hagamos un inventario de fin de campaña, deshagámonos de todo lo inservible, lo tóxico y lo que no nos deja crecer cómo personas.
Dejemos una buen rincón libre de todo atisbo de contaminación y creemos un lugar confortable y saludable en nuestro interior para que todo lo positivo quiera entrar para habitarlo y quedarse para siempre. Seamos unos buenos anfitriones para todo lo bueno que tiene que venir, que es mucho, si creamos un escenario propicio.
Tengo muy claro que nosotros atraemos lo que queremos atraer, y que si esperamos activamente lo positivo, vendrá a nosotros, pero aún mas claro tengo que si dentro de nosotros germinan semillas de odio, rencor, maldad, y demás sentimientos negros es imposible que nada bueno germine entre tanta miseria interior.
Tenemos que Vaciar el Vaso, siendo conscientes de que nada se crea por casualidad, nada bueno nos aparecerá delante si somos negativos, mezquinos o ruines.
Nada bueno nos ocurrirá si no lo creamos nosotros mismos fabricando el escenario adecuado para que ocurra, pero sobre todo no podemos construir algo importante si no nos deshacemos de todos los “escombros” anteriores.
Nada bueno vendrá a nosotros si no lo deseamos para nosotros y para los demás, no vendrá nada bueno a nosotros si deseamos algo negativo para nosotros o para los demás, si tenemos sentimientos negativos ya sea para nosotros o para otros, nada bueno nos espera.
Así que tenemos que Vaciar el Vaso, guardar en una caja todo lo que nos estorbe y nos limite y tirarlo bien lejos.
Tenemos que Vaciar el Vaso, si no no podremos beber el agua limpia y pura que nos espera, si no, nunca beberemos el agua nueva que sacie nuestra sed.
Diego Gallardo