¿Qué es la Dependencia Emocional? es un estado emocional inestable, y a veces autodestructivo, en el que se encuentra una persona condicionada, manipulada o sometida por otra. Hay personas que nos limitan de esa manera y las hay que nos refuerzan de la manera totalmente contraria.
Si uno se pone a repasar cada capítulo de su propia vida, podría llegar a la conclusión de que básicamente existen dos tipos de personas, dos grandes grupos en el que poder colocar a todos y cada uno de los actores de la película de nuestra vida; podríamos dividirlos en Personas Reforzantes o Personas Limitantes.
Esto podría parecer una simpleza, pero yo realmente lo aplico en la práctica desde hace algún tiempo y me ha servido para mejorar mis relaciones personales y para saber demilitar cual es mi territorio vital y poder decidir quién cruza y quien no cruza la barrera de protección.
Cada día mantenemos relaciones personales con diversas personas, cada una de ellas deja, intencionadamente o no, una huella en nosotros. Saber evaluarla es fundamental para nuestro bienestar emocional.
Veamos a qué llamo Personas Limitantes y Personas Reforzantes:
Personas Limitantes: Todos conocemos este tipo de personas que cuando nos telefonean y vemos en la pantalla del teléfono móvil su nombre dudamos durante unos segundos si atender la llamada o no.
Esas personas que nos atormentan con sus problemas y nos cuentan una y otra vez la misma historia, los mismos problemas, los mismos malos rollos…
Me refiero a esas personas que desprenden ese tufo a pesimismo y que son capaces de hacer que se nuble el día ante su presencia.
Esas que parece que tengan una nube negra encima que siempre les llueve, y que cuando nos acercamos a ellas acabamos también chorreando.
Esas personas que cuando nos quedamos a solas con ellos critican a los que están ausentes, dejando entrever que cuando nosotros no estemos delante nos criticarán a nosotros.
Esas personas que siempre lo ven todo mal, que siempre ponen mil pegas, que nunca están contentas con nada.
Esas personas a las que inocentemente les cuentas tus proyectos y te auguran los más terribles de los fracasos, eso si desde el cariño, el respeto y la sinceridad.
Creo que ya sabes a quién me refiero…
Personas Reforzantes: Quizás sean más escasas, pero están ahí, búscalas, son personas que te alegran el día al verlas.
Esas personas estimulantes que siempre tienen una sonrisa, que siempre tiene una palabra amable.
Me refiero a esas personas que son capaces de hacernos ver lo mejor de nosotros mismos, que son capaces de encontrar soluciones, de encontrar la salida del laberinto.
Son ese tipo de personas que cuando llegan a un lugar lo impregnan con su personalidad y son capaces por sí solas de crear un clima edificante y positivo.
Esas personas que saben escuchar y saben hacernos ver otro punto de vista con asertividad y empatía.
Me refiero a esas personas que son capaces de tranquilizarnos con sus palabras y de poner cada cosa en su punto exacto de gravedad, sin alarmismos ni estridencias.
Esas personas que cuando nos cruzamos con ellas nos dan una ración de optimismo y de ganas de vivir.
CONCLUSIÓN:
+ Identifica a cada uno de esos dos grupos y entiende hasta qué punto pueden influir en tu vida, tus decisiones o tus proyectos.
+ Trata de no prestar mucha atención a los comentarios de las Personas Limitantes, ponte el chubasquero y si tienes que tratar con ellos, intenta que no te afecte sus comentarios.
+ Rodéate de Personas Reforzantes, de quienes son capaces de ayudar a conseguir tus objetivos. Aprovecha la inercia de su estimulante personalidad para encontrar el sentido de la vida.
PREGUNTAS FINALES:
Ante este tipo de personas yo me hago alguna pregunta:
– ¿Soy capaz de diferenciar unas personas de otras?
– ¿En qué grupo de esos dos me ubicarían mis conocidos a mi?
– ¿Cómo me comporto yo conmigo mismo, Reforzante o Limitante?
Quizás si soy capaz de encontrar en mí esas Características Reforzantes sería mi mejor aliado y además un referente para los que me rodean.
Diego Gallardo