Te va a sorprender mucho. ¿Sabes que la patata, en el Siglo XVIII, protagonizó una de las primeras campañas de marketing? Una historia de hace 250 años en la que aparecen Influencers, marketing de atracción, de exclusividad y de escasez.
Esta historia te va a sorprender, ya que podremos comprobar como en la Francia del siglo XVIII, allá por el año 1772, se fraguó uno de los episodios más curiosos e interesantes del marketing. Una campaña creada entre el oficial médico Antoine-Augustine Parmentier, el rey Luis XVI y la reina María Antonieta para «vender» los beneficios del cultivo y consumo de patatas entre las clases humildes y acabar así con la hambruna, evitando de ese modo las revueltas de un pueblo hambriento y sin recursos que se empezaba a sublevar por la escasez de alimentos.
Era una época muy dificil, el pueblo enfermaba y padecía la falta de alimentos que llevarse a la boca. Se temía que la posible falta de trigo, en poco tiempo, desencadenara la tragedia al no poder producirse pan, así que se buscaba un alimento alternativo, nutritivo, económico y fácil de cultivar, pero no se daba con la clave de ese «maná» que pudiera alimentar a todo el pueblo. Esa situación se tornaba peligrosa para las clases acomodadas, que veían con temor que en cualquier momento, la chispa de las revueltas e insurreciones provocase una llamarada que fulminase a ellos y a sus pertenencias.
En aquella época la planta de la patata tenía un uso ornamental, ya que se utilizaba como adorno en jardines, por sus hojas y flores. Además, estaba prohibido el consumo de patatas, se consideraba un alimento para el ganado y que podía causar varias enfermedades como la lepra u otras. Sin embargo, el oficial médico Antoine-Augustine Parmentier en su estancia en las cárceles de Prusia, tras ser apresado y encerrado durante la Guerra de los Siete Años, vió con sorpresa como en la cárcel sí que les servían patatas, en diversas recetas, a los presos. Allí apredió a cultivarlas y conoció sus beneficios nutritivos.
Al volver a Francia empezó a defender el consumo de la patata hasta que la Facultad de Medicina de París la reconoció como alimento apto para el ser humano en 1772, pero los franceses seguían siendo reticentes a su consumo, seguían creyendo las viejas creencias sobre enfermedades producidas por el tubérculo y la identificaban como un alimento para los cerdos.
Parmentier quiso dar a conocer al rey las bondades de la patata y le instó a que fomentaran su consumo entre el pueblo, para calmar la hambruna y los ánimos de un pueblo famélico y angustiado. Ambos decidieron llevar a cabo una campaña de marketing, una de las primeras de la historia, que llegó a solucionar la terrible hambruna y que cambaiaría para siempre la tradición culinaria de pueblo francés. De hecho, hoy por hoy, se llama Parmentier a cualquier plato en el que el ingrediente pricipal es la patata.
INFLUENCERS DE LA PATATA EL LA FRANCIA DEL SIGLO XVIII
El primer paso que dieron en ese plan de marketing siseñado para fomentar el consumo y cultivo de la patata, fue algo simplemente genial. Es lo que ahora llamaríamos Marketing de Influencia o de Influencers, al hacer que personas importantes socialmente consumieran las patatas y darlo a conocer al resto de la población. Además de esa manera, se dotaba a la patata de un plus de exclusividad de un toque de producto de lujo, que las hacía más atractivas, el común del pueblo vería que si ese tipo de gente de alta alcurnia consumía patatas sería porque eran buenas.
Como en su estancia en Prusia el oficial médico Parmentier conoció diversas recetas a base del humilde tubérculo, empezaron a celebrar cenas en palacio, en las que se servían dicersos tipos de platos a base de patatas. A esas cenas eran invitados prestigiosas personalidades, por ejemplo Antoine Lavoisier, autor de la famisa frase: “La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma” y conocido postriormente como «el padre de la química moderna» por sus descubrimientos en ese campo y en el estudio, entre otros del oxígeno y su papel en la combustión.
También fue invitado al festín de las patatas el gran científico, político e inventor Benjamin Franklin, conocido por sus estudios en el campo de la electricidad, identificar las cargas negativas y positivas o por su célebre invento del pararrayos. Sin duda un buen influyente en las filas de los promotores de la patata.
Lógicamente a esas cenas acudían el rey Luis XVI y la reina María Antonieta, los cuales se encargaban de hacer correr el rumos de que en esas cenas disfrutaban de unos exquisitos manjares a base de la rica patata.
LOS GUARDIAS DE LAS PATATAS, JAQUE MATE A LOS INCRÉDULOS DEL TUBÉRCULO
Sin duda este último paso, fue una verdadera genialidad. Quizás fue el primer experimento de Neuro Marketing de la historia de la humanidad. Una jugada maestra que propulsó, sin lugar a dudas, el consumo de la patata de manera sideral.
Parmentier, tenía dos huertos principales en los cuales cultivaba sus patatas uno en la localidad de Sablons, justo al lado de la actual Torre Eiffel y el otro en Grenelle junto al Arco del Triunfo, eran dos zonas muy visibles y que estaban a la vista de la población general. Para darles ese toque misterioso y exclusivo, idearon rodear las plantaciones de patatas de Guardias de la Corte, pertrechados con armas. A ojos de las personas que pasaban por sus cercanías, parecía que custodiaban un preciado tesoro en esa plantación de patatas. Eso hizo que el común de los mortales entendieran que si esas plantas estaban custodiadas de esa manera, debía de ser poque realmente eran algo exclusivo.
Esos guardias estaban adiestrados para impedir impetuosamente que nadie se acercase al patatal durante el día, pero para facilitar, haciendo la vista gorda o aceptando sobornos, que las personas se acercasen al cultivo a robar las patatas durante la noche. Magistral, ya que se empezó a consumir masivamente en el pueblo y en poco tiempo la patata se convirtió en el alimento que remedió la hambruna que asolaba a la población francesa.
CONCLUSIONES AL MARKETING DE LA PATATA DE PERMENTIER
Con esta historia he querido explicar como se pudo diseñar una campaña de Neuro Marketing, a finales del siglo XVIII, para promover un producto humilde y hacer que el consumidor cambiara sus paradigmas y costumbres de una manera simplemente magistral. Dotar a un producto de ese sello de exclusividad que le haga atractivo y que el consumidor quiera usar para compararse con personas de un nivel superior socioeconómico al suyo, hacer un marketing de atracción en el que el consumidor sea el que se siente atraído por el producto y utilizar personas influyentes, embajadores de marca para que promocionen el producto, no es algo del Siglo XXI.
Sin duda esta historia se sigue repitiendo en los patrones de marketing y de las agencias de publicidad, nuestra percepción por lo exclusivo, nuestra escala de valores y nuestra curiosidad por aquello que, en principio, no parece accesible para nosotros hace que esas campañas de marketing sigan funcionando. Espero que esta historia que haya gustado y te invite a reflexionar sobre como exponer tu idea, producto o servicio de una manera más efectiva.
Diego Gallardo